8 marzo

Día Internacional de la Mujer

Este día fue institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975 y se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad de oportunidades en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.

Feminismo: 

Del fr. féminisme, y este del lat. femĭna 'mujer' y el fr. -isme '-ismo'.

1. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.

2. Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.

Las principales manifestaciones del 8M en Bizkaia

El Movimiento Feminista ha organizado un amplio programa de movilizaciones y llama a secundar la huelga feminista del 8 de marzo de 2020 y a participar en los distintos actos programados en pueblos y ciudades de Bizkaia:

ABANTO

10,00h. Desayuno Feminista en las Antiguas Escuelas de Sanfuentes.

10,30h. Concentración en la Plaza Maestra Pilar Abín de Sanfuentes.

11,30h. Bajada al tren para asistir a la manifestación en Bilbao y reivindicar lo peligroso de ese acceso.

ARRIGORRIAGA

10,00h. Encuentro en la Plaza del Ayuntamiento para ir a pie a la manifestación de Bilbao

BASAURI

12,00h. Manifestación desde la Eskarabilera.

BARAKALDO

08,00h. Columnas: plaza de Cruces, Lube plaza, skatepark de Ansi, Eguzkiaguirre, el ojo de Arrontegui, plaza principal, estación de tren, Lasesarre.

12:00 ¡Nos vamos a Bilbao! Parada de metro Elcano

BILBAO

13,00h. Manifestación desde el Monumento del Sagrado Corazón, al final de la Gran Vía.

17,30h. Kalejira desde El Arenal hasta la Casa de las mujeres 'Koleretxe'

GALDAKANO

19:00 Manifestación en plaza Kurtzea

GERNIKA

13,00h. Manifestación desde las Fuentes de Mercurio.

19,00h. Teatro "Una verdad escondida en un bolso" Grupo Xankore (Emakide) sala Elai Alai.

GETXO

10,00h. Desayuno en Otaegi

12,15h. ¡A Bilbao! desde Telletxe

LEIOA

11,00h. Concentración en el Boulevard

MUSKIZ

10:00 Desayuno, actividades, animación

13:00 Manifestación desde el Centro de Día.

PORTUGALETE

12:00-14:00 Ocupación en Carlos VII. Talleres, performances...

14:00 Manifestación desde el metro Carlos VII a la Plaza Solar

15:00 Comida feminista. Después habrá karaoke y juegos

SANTURTZI

18,00h. Partidos de pelota a cargo de Itsasalde: partidos de mano y de pala femeninos en el frontón Serantes

SESTAO

13,00h. Manifestación en la Plaza del Kasko

TRAPAGARAN

13,00h. Manifestación en la plaza Llano

8/3/2019. Centenares de miles de hombres  y sobre todo mujeres reivindicaron la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en toda España. En las imágenes, la cabecera de la manifestación en Bilbao en la salida (no hubo forma de que empezase en el Sagrado Corazón por la numerosa afluencia de participantes) y a su llegada al Ayuntamiento, con todo el Arenal, el puente, la Calle Buenos Aires, la Plaza Circular y la Gran Vía aún llenas.

El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres que han jugado un papel clave en la Historia de sus países y comunidades. Esta toma de perspectiva es fundamental, además, para conocer exactamente en qué punto tomamos el relevo y tener bien claros los aspectos que aún nos quedan por conquistar para que nuestra sociedad sea igualitaria.

Algo sobre la Historia de la lucha de las Mujeres (ampliando)

Hypatia de Alejandría

Alejandría, c. 370 -  415) Matemática y astrónoma griega, hija del matemático Teón, profesor del Museo de Alejandría. 

Tuvo discípulos, se interesó por los instrumentos prácticos que se usaban en las investigaciones astronómicas y elaboró tablas de los movimientos de los cuerpos celestes. 

Fue asesinada, descuartizada e incinerada en medio de una confrontación religiosa.

Su figura se reivindica como paradigma de la mujer científica y libre, icono de la libertad de pensamiento y la autonomía personal de la mujer.


A finales del siglo XVIII el poder político comenzó a estar en manos de presidentes y cámaras de representantes, resultando necesario regular su sistema de elección. A lo largo de los siglos XIX y XX se fueron estableciendo sistemas electorales que comenzaron siendo muy restringidos y limitados a una élite blanca y masculina que cumpliese, además, una serie de requisitos de nivel de instrucción, de renta y de clase social.

Durante la Revolución francesa (1789) las mujeres tomaron conciencia de que en aquel momento la lucha de clases no contemplaba la lucha de género y se produjeron las primeras peticiones formales de derechos políticos y ciudadanía para la mujer. Así lo refleja la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana fue un texto redactado en 1791 por Olympe de Gouges. Es uno de los primeros documentos históricos que propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparación jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones así como el sufragio femenino.

Olimpia de Gouges

(Montauban, 1748 - París, 1793)

Aristócrata dedicada a la literatura, escribió numerosas obras de teatro, de las cuales sólo la primera, de ideología abolicionista, logró ser admitida en la Comedia Francesa, y se representó en 1789 con el título La esclavitud de los negros o el feliz naufragio.

Durante los días de su actividad política dio al teatro tres obras más: Mirabeau en los Campos Elíseos (1791), El convento o los votos forzados (1792) y Les Vivandiers (1793).

Escribió, además, El príncipe filósofo, obra en la que, en forma de cuento oriental, expone sus ideas acerca de los derechos de las mujeres.

Murió en la guillotina.


El movimiento Sufragista por el derecho de la mujer al voto se fundó en 1848 con la Declaración de Sentimientos de Seneca Falls en Estados Unidos. Es un movimiento reformista social, económico y político que promovía en un principio sólo el "sufragio igual", el derecho a votar a las mujeres, ya que en los comienzos de la reivindicación "el sufragio universal", que incluiría la abolición de la discriminación debida principalmente a la raza, fue considerado demasiado revolucionario.

El movimiento obrero de finales de siglo XVIII y principios del XIX mantenía una posición tradicional de corte patriarcal en relación con la igualdad de la mujer y sus reivindicaciones. 

Es a mediados del siglo XIX cuando los movimientos reivindicativos de la mujer toman fuerza: la lucha por el sufragio femenino, la reivindicación de la igualdad, la denuncia de la opresión social, familiar y laboral.

Surgieron entonces los denominados Movimientos Sufragistas, inicialmente de origen burgués, con figuras como Flora Tristán

Flora Tristán

(París, 1803- Burdeos, 1844)

Hija no reconocida de Simón Bolívar, en 1833 emprendió una campaña a favor de la emancipación de la mujer, los derechos de los trabajadores y contra la pena de muerte.

En 1840 publica Unión obrera, en donde clama por la necesidad de los trabajadores de organizarse y aboga por su "unidad universal". Karl Marx, refiriéndose a ella, dijo que era "una precursora de altos ideales nobles".

Los primeros grupos feministas en el movimiento obrero tendrán como gran aliado teórico el libro de Friedrich Engels, publicado en 1884, "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado"​ y surgirán dentro de los movimientos anarquistas que reivindicaban, desde el neomalthusianismo, la procreación consciente del proletariado, la separación entre sexualidad y reproducción, la defensa de la maternidad libre, la liberación femenina, la libertad sexual, la promoción de la planificación familiar, el cuidado de los niños así como el uso y difusión de métodos anticonceptivos artificiales.


En 1893 se aprobó en Nueva Zelanda el primer sufragio femenino sin restricciones, gracias al movimiento liderado por Kate Sheppard. De todos modos a las mujeres sólo se les permitía votar pero no presentarse a elecciones. Las boletas femeninas de votación se adoptaron apenas semanas antes de las elecciones generales. En 1919 las neozelandesas obtuvieron el derecho a ser elegidas para un cargo político.

En esa misma época Australia del Sur y Tasmania aprobaron el sufragio universal (y también permitir a las mujeres presentarse a elecciones para el parlamento).


En China se celebra el Día Internacional de la Mujer desde 1922 pero las mujeres no pudieron ejercer su derecho al voto hasta 1947, al igual que en Japón.


En 1869, el Territorio de Wyoming se convirtió en el primer estado de EE. UU. donde se instauró el «sufragio igual» (sin diferencias de género) aunque no el sufragio universal.

Aunque existen algunos antecedentes (el 3 de mayo de 1908 en el teatro Garrick de Chicago, se organizó un acto denominado "Día de la Mujer", presidido por destacadas mujeres socialistas como Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt), es el 28 de febrero de 1909 cuando se celebra por primera vez en Nueva York, Estados Unidos el Día Nacional de la Mujer organizado por las Mujeres Socialistas tras una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos en honor a la huelga de las trabajadores textiles de 1908 en la que protestaron por las penosas condiciones de trabajo (Chicago y Nueva York). Unas 15.000 mujeres marcharon por la ciudad de Nueva York exigiendo una reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derechos de voto.

En noviembre de 1909 comenzó la huelga de las camiseras, también conocido como el Levantamiento de las 20.000.​ La huelga fue dirigida por Clara Lemlich (23 años) y apoyada por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres de los Estados Unidos (National Women's Trade Union League of America - NWTUL).

Aquella fue una huelga en la que tomaron parte principal mujeres inmigrantes de origen europeo, de familias judías, que trabajaban en fábricas textiles de camisas. La huelga duró 11 semanas y desembocó  en una conquista sindical importante de la mujer, ya que en febrero de 1910, que se produjo una mejora salarial y en las condiciones de trabajo y la reducción de la jornada.

Un año después, el 25 de marzo de 1911, se produjo un gran incendio, que dejó al descubierto las condiciones reales de trabajo a las que estaban sometidas las mujeres, esto se produjo en la fábrica Triangle Shirtwaist. 

La fábrica ocupaba los pisos 8.º, 9.º, y 10.º y el fuego causó la muerte de 123 trabajadoras y 23 trabajadores. La mayoría de las víctimas eran mujeres jóvenes inmigrantes de Europa del Este e Italia.

Las imágenes corresponden a la Manifestación en Nueva york de 1915.

En 1920 se aprueba la Decimonovena Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, que estipula que ni los estados de los Estados Unidos de América ni el gobierno federal puede denegarle a un ciudadano el derecho de voto a causa de su sexo.

Clara Lemlich

(Ucrania, 1886- Los Ángeles, 1982)

De muy joven aprendió a leer en ruso a pesar de las objeciones de sus padres. Empezó a escribir y a coser, además de redactar cartas para vecinos analfabetos, haciendo una labor para recaudar fondos y conseguir libros, que la ayudaran su tarea (autoimpuesta) de enseñar a leer, fue entonces. que un vecino le presentó a la literatura revolucionaria, haciendo que la convicción de Clara Lemlich se convierta en un socialismo comprometido.

A su llegada a New York encontró trabajo en la industria textil, donde las condiciones eran infrahumanas.

Por su rol en "La huelga de las camiseras de Nueva York", fue puesta en una lista negra de dicha industria por su trabajo sindical, convirtiéndose en una dirigente del Partido Comunista de los Estados Unidos.


EUROPA

En Europa las mujeres pudieron ejercer su derecho a voto por primera vez en Finlandia (entonces una región del Imperio ruso), en 1907, llegando a ocupar incluso escaños en el parlamento (primer caso en el mundo). Le siguieron pocos años después Noruega y Suecia.

En 1881, la isla de Man (en las islas británicas pero no formaba parte del Reino Unido) aprobó una ley que otorgaba el voto a mujeres solteras y viudas que tuviesen un certificado de propiedad para votar en las elecciones de la Casa de Llaves, en el parlamento de la Isla, Tynwald. El sufragio universal para hombres y mujeres se implantó en 1919.

La campaña de las mujeres sufragistas en el Reino Unido e Irlanda cobró impulso a lo largo de la primera parte del siglo XIX, cuando las mujeres se volvieron cada vez más activas políticamente, particularmente durante las campañas del cartismo para reformar el sufragio en el Reino Unido. 

John Stuart Mill, electo al Parlamento de Reino Unido en 1865 y un abierto defensor del sufragio femenino (a punto de publicar "La esclavitud de la mujer" ), hizo campaña para una enmienda a la Ley de reforma de 1832 para incluir el sufragio femenino pero fue derrotado por completo en un parlamento exclusivamente masculino bajo un gobierno conservador.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, se formaron varios grupos de campaña para reclamar el sufragio de las mujeres en las elecciones nacionales en un intento de presionar a los Miembros del Parlamento y obtener apoyo. En 1897, diecisiete de estos grupos se unieron para formar la Sociedad Nacional para el Sufragio de las Mujeres (NUWSS), donde sostuvieron reuniones públicas, escribieron cartas a políticos y publicaron varios textos.

En 1903, varios miembros de la NUWSS se separaron y, dirigidos por Emmeline Pankhurst, formaron la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU).​ A medida que los medios nacionales perdían interés en la campaña por el sufragio femenino, la WSPU decidió utilizar otros métodos para publicitarse, cada vez más violentos, lo que supuso encarcelamiento de alguna de sus miembros.

En 1907, el NUWSS organizó su primera gran marcha. conocida como la Mud_March (Suffragists), en la que más de 3.000 mujeres caminaron por las calles de Londres para defender el sufragio femenino.

La WSPU cesó sus actividades militantes durante la Primera Guerra Mundial y aceptó ayudar en el apoyo a la guerra. Mientras, la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio de Mujeres, que siempre había empleado métodos "constitucionales", continuó presionando durante los años de la guerra, y alcanzaron compromisos con el gobierno de coalición.​ La Conferencia para la Reforma Electoral de 1917 representó a todas las partes en ambas cámaras y llegó a la conclusión de que el sufragio de las mujeres era esencial. En cuanto a los temores de que las mujeres pasen repentinamente de cero a la mayoría del electorado debido a la gran pérdida de hombres durante la guerra, la Conferencia recomendó que la restricción de edad sea 21 para los hombres y 30 para las mujeres. Así fue que se aprobó la Ley de Representación de los Pueblos en 1918 y alrededor de 8.4 millones de mujeres obtuvieron el voto en Gran Bretaña e Irlanda. En ese mismo año también se aprobó la Ley del Parlamento (Calificación de la Mujer), que permitió a las mujeres ser elegidas en el Parlamento. 

La Ley de Representación de la Gente (Voto Equitativo) de 1928 extendió el derecho a voto en Gran Bretaña e Irlanda del Norte a todas las mujeres mayores de 21 años, otorgando a las mujeres el voto en los mismos términos que los hombres.

Algunas sufragistas destacadas fueron Emily Davison, Emmeline Pankhurst, Carmen Karr, Annie Kenney y Christabel Pankhurst , entre otras.


En 1904 se fundó en Berlín por Carrie Chapman Catt, Millicent Fawcett y otras feministas la Alianza Internacional de Mujeres que reivindicaba el sufragio femenino.


En 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. La propuesta de Zetkin fue respaldada unánimemente por la conferencia a la que asistían más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. El objetivo era promover la igualdad de derechos, incluyendo el sufragio para las mujeres.​ 

Además de Clara Zetkin hay que señalar los nombres de otras pioneras en la reivindicación de los derechos de las mujeres como Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya e Inessa Armand.

Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.


En 1913, en el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres de Rusia celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de dicho año. En 1914 en Alemania, Suecia y Rusia se conmemora por primera vez, de manera oficial, el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo para protestar por la guerra y para solidarizarse con las demás mujeres.

Estando aún en plena Primera Guerra Mundial, en la que ya habían muerto 2 millones de soldados rusos, se produjo la Revolución de Febrero, que marcó la primera etapa de la Revolución Rusa de 1917. En la primera mitad de febrero de 1917, el inicio de una hambruna provocó revueltas en la capital Petrogrado, actual San Petersburgo. El 3 de marzo de 1917, la mayor fábrica de Petrogrado, la factoría Putilov se cerró, quedando 30.000 trabajadores en situación desesperada. El 8 de marzo de 1917 se celebró una serie de mítines y manifestaciones con motivo del Día Internacional de la Mujer, que progresivamente alcanzaron un fuerte tono político y económico.​ Incidentes entre amas de casa en las largas colas por conseguir pan se convirtieron en manifestaciones espontáneas contra la monarquía y a favor del final de la guerra.​ Comenzó así el levantamiento popular que acabó con la monarquía, sin preparación ni coordinación de los partidos revolucionarios.

En 1917, tras la Revolución Rusa, existía una aprehensión inicial contra el derecho de las mujeres a votar en la elección de la Asamblea Constituyente. La Liga para la Igualdad de las Mujeres y otras sufragistas se unieron por el derecho al voto y después de mucha presión, incluyendo una marcha de 40.000 personas contra el Palacio Táuride, el 20 de julio de 1917, el Gobierno Provisional concedió el derecho de voto a las mujeres.

Desde su aprobación oficial por la Unión Soviética tras la Revolución rusa de 1917, el Día Internacional de la Mujer comenzó a celebrarse en otros muchos países. 


En 1944, en Francia el Comité français de la Libération nationale concede el derecho a voto a las mujeres, lo que quedará confirmado bajo el Gobierno provisional de la República. Este derecho no se hará efectivo hasta las elecciones municipales y las elecciones a la Asamblea constituyente, ambas en 1945.


Clara Zetkin

(Sajonia, 1857-Moscú, 1933)

Se trasladó a Leipzig para cursar estudios de profesorado, allí entró en contacto con los emigrados rusos, entre ellos su esposo. En 1874, tras finalizar sus estudios, entró en contacto con el movimiento obrero y femenino en Alemania, uniéndose al Partido Socialista de los Trabajadores (SAP) en 1878, donde militó hasta 1917, momento en el que ingresó en el Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD), concretamente en su ala más izquierdista, la Liga Espartaquista, que acabaría formando posteriormente el Partido Comunista de Alemania (KPD). 

Fue miembro del Reichstag por este partido durante la República de Weimar desde 1920 a 1933.

En París toma contacto con anarquistas y dirigentes marxistas del movimiento obrero francés (entre ellos Jenny y Laura Marx, Paul Lafargue y Jules Guesde). Juega un importante papel en la fundación de la Segunda Internacional, ya que tuvo a su cargo la redacción de los informes y documentos y la representación de la socialistas de Berlín.

En el informe que redacta para el Congreso fundacional define la necesidad inmediata de abordar la lucha de las mujeres por parte de los partidos socialistas y de ganar a sus filas a las mujeres obreras. Estas posiciones enfrentaron, por un lado a las mujeres sufragistas, que al estar integrado mayormente por mujeres de posiciones acomodadas, no tenían un horizonte más lejano que la equiparación de derechos civiles y políticos con los de los hombres de su misma posición, y por otro lado también encontró resistencias dentro del propio movimiento socialdemócrata que integraba.

Impulsó el movimiento femenino en la socialdemocracia alemana, ya que desde su vuelta a Alemania en 1891 y hasta 1917 editó el periódico Die Gleichheit (La Igualdad) que aumentó su tirada de 4.000 a 100.000 ejemplares en los primeros diez años. 

En 1907 se convirtió en líder de la nueva Oficina de la Mujer del SPD

Cuando Adolf Hitler tomó el poder, el Partido Comunista fue ilegalizado y el Reichstag incendiado en 1933. Clara Zetkin se exilió a la Unión Soviética donde falleció.

Rosa Luxemburgo

(Zamosc, Rutenia, 1870 - Berlín, 1919)

Revolucionaria y teórica del socialismo alemán, de origen judío polaco. Hija de un comerciante de Varsovia, su brillante inteligencia le permitió estudiar a pesar de los prejuicios de la época y de la discriminación que las autoridades zaristas imponían en Polonia contra los judíos.

Su militancia socialista le obligó a exiliarse desde los dieciocho años, refugiándose en Suiza. Alí terminó sus estudios de derecho, trabó contacto con revolucionarios exiliados y se unió a la dirección del joven Partido Socialdemócrata Polaco.

Contraria a todo nacionalismo, en 1898 se trasladó a Alemania para unirse al poderoso Partido Socialdemócrata de aquel país (SPD) y participar en los debates teóricos que lo agitaban desde la muerte de Marx y Engels. Hizo aportaciones teóricas originales en torno al imperialismo y al derrumbe del capitalismo, que creía inevitable en La acumulación del capital, 1913. 

Junto con Karl Liebknecht encabezó las protestas de los socialistas de izquierda contra la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y contra la renuncia del SPD al internacionalismo pacifista; fue detenida por ello en 1915, pero continuó escribiendo desde la cárcel; fue ella quien puso las bases teóricas para la escisión de la Liga de los Espartaquistas (1918), transformada un año más tarde en Partido Comunista Alemán (KPD).

En libertad desde la revolución de 1918 que hizo abdicar al emperador Guillermo II de Alemania, Luxemburg lanzó junto con Karl Liebknecht la Revolución espartaquista de 1919, y, al igual que Liebknecht, murió a manos de los militares encargados de su represión.

Aleksandra Kolontái

(San Petersburgo, 1872-Moscú, 1952)

Destacada política y marxista rusa. Comunista y revolucionaria, fue la primera mujer de la Historia en ocupar un puesto en el gobierno de una nación, como embajadora.

De familia aristócrata rusa, hija de un general ayudante del Zar, al terminar sus estudios en Suiza se adhirió al movimiento socialista e ingresó en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, dentro del cual militó, en primer lugar, en la corriente bolchevique, para pasar en seguida a la tendencia menchevique. 

Al estallar la Primera Guerra Mundial se hizo colaboradora de la revista de Trotski, Nase Slovo. Después de la Revolución de Febrero, expresó su coincidencia con las "tesis de abril" de Lenin, y formó parte del grupo de dirigentes de la Insurrección Armada. Tras el VIII Congreso del Partido, se alineó con la izquierda de Bujarin, que se negaba a aceptar las condiciones de paz impuestas por Alemania.

A partir de los años veinte, se convirtió en uno de los representantes más convencidos de la llamada "oposición obrera", una corriente muy destacada de la izquierda obrerista, que expresaba claras discrepancias ante la dirección del Partido, al que acusaba de excesivo centralismo y de limitar la libertad de discusión. En el programa y en la línea que inspiraba la tendencia obrerista se encontraba el nuevo papel que iba a asumir el sindicato: el control y la gestión de la industria. 

Fue acusada de sectarismo y amenazada con la expulsión del partido. Kollontai, que criticaba explícitamente la línea política de Stalin, fue alejada del país y enviada en misión diplomática a Noruega, México y Suecia. Fue la primera mujer en la Historia que ocupó el cargo de embajadora. Lo fue de la Unión Soviética en Noruega y posteriormente en Suecia y México. En Suecia tuvo como médica personal y amiga a la líder feminista Ada Nilsson, con la que mantuvo después una afectuosa correspondencia. También formó parte de la delegación soviética en la Sociedad de Naciones.

Su contribución teórica más original, y que iba a suscitar un amplio debate en la historia de la emancipación femenina, incluso fuera de Europa, tiene que ver con la idea de la libertad sexual. En la línea tradicional de Marx y Engels, la de Orígenes de la familia, Kollontai afirmaba que en la sociedad comunista, la igualdad, el reconocimiento recíproco de los derechos y la comprensión fraternal debían constituirse en principios rectores de las relaciones entre hombres y mujeres. Sostuvo, pues, el derecho de la mujer a una total paridad con el hombre en la vida social, familiar y sexual.

El conjunto de su obra, sus numerosos artículos y discursos, con su lucidez y coherencia, representa aún hoy en día un manifiesto original para una historia de la liberación femenina. Entre sus trabajos destacan: La mujer ante el desarrollo social (1909), Sociedad y maternidad, (1916), La nueva moral y la clase obrera, (1918) y Autobiografía de una comunista sexualmente emancipada (1926).

Para ella la "mujer nueva" se caracterizaría por exigencias propias, afirmando su personalidad, protestando por la servidumbre de la mujer dentro del Estado y de la familia y luchando por sus derechos dejando de ser el complemento del esposo. El matrimonio que convertía a la esposa en una propiedad más del marido sería sustituido por la unión libre entre sexos, basada en el verdadero y puro amor y no en lazos contractuales. En las relaciones sexuales la mujer nueva no renunciaría a su naturaleza femenina, ni al placer de la carne y elegiría libremente al hombre que quisiese como padre de su descendencia.

Nadezhda Krúpskaya

(San Petersburgo, 1869- Moscú, 1939)

Mujer de Lenin, fue una figura destacada en las actividades del Partido Comunista, fundadora del sistema educativo soviético y pionera del desarrollo de las bibliotecas rusas. 

Acabó la enseñanza secundaria en 1887 y en 1990 mientras estudiaba en el Colegio de Mujeres de su ciudad se convirtió en miembro del Círculo Marxista. De 1891 a 1896 se dedicó a propagar sus ideas revolucionarias en la escuela para obreros. 

Conoció a Vladimir Lenin en 1888 y contrajeron matrimonio poco más tarde. Juntos formaron parte de la organización de la Revolución Rusa. En agosto de 1996 fue arrestada y llevada junto a Lenin a su exilio.. En esa época escribió su primer libro "La Mujer Trabajadora"

Fue miembro de la Sociedad Pedagógica Pestalozzi en Suiza y de los Museos Pedagógicos de Friburgo y Berna, escribiendo en este momento una de sus mejores obras "Gente, Educación y Democracia".

Con la llegada al poder del Partido soviético en Rusia en 1917 fue nombrada Comisaria de Educación tomando entonces parte activa en la preparación de las leyes educativas, en las actividades encaminadas a luchar contra el analfabetismo, en la organización del sistema de escuelas ruso y en el establecimiento de fundaciones culturales para conseguir una sociedad nueva. Fue editora de un gran número de publicaciones: Educación Pública, Escuela para adultos... 

Durante las dos primeras décadas del poder soviético encabezó la organización del Sistema Bibliotecario, contribuyendo a la popularización de las bibliotecas y su uso por un amplio sector de la sociedad. Dedicó mucho tiempo al desarrollo de la literatura infantil y a la organización de las bibliotecas escolares. Se preocupó por la creación de bibliotecas en ciudades y pueblos. Trabajó en el desarrollo de la bibliografía, especialmente en la compilación de listas e índices y en la evaluación de libros y el establecimiento de su relevancia según la categoría del lector, elaborando los principios fundamentales de la Ciencia Bibliotecaria en Rusia. 

Krupskaya recibió la Medalla Anual a la mejor profesora y bibliotecaria de la Unión Soviética.

Inessa Armand

(París, 1804- Moscú, 1920)

Hija del francés Théodore Pécheux d'Herbenville y de la inglesa Nathalie Wild, ambos del mundo del teatro, al fallecer su padre cuando ella solo tenía 5 años fue enviada a Moscú a vivir con una tía, con la que se crió en el ambiente de la alta burguesía de Moscú. Muy joven y muy bella se casa con el hijo de un rico industrial moscovita, Alexander Armand y durante el período que duró el matrimonio tuvo cinco hijos. 

Mujer de carácter decidido, inteligente, culta e independiente; hablaba varios idiomas perfectamente y se había permeado de los nuevos ideales de socialismo de moda en la buena sociedad moscovita.

A los 10 años de matrimonio y 30 años de edad, dejó a su marido e hijos y entró en el Partido Obrero Social Democrático Ruso, ilegal en ese momento. Sufrió cárcel y destierro en Siberia, escapando a Paris, donde se encontró con los bolcheviques allí exiliados, incluyendo a Lenin, quien se dio cuenta del gran potencial que tenía. 

Inessa escribió un panfleto a favor del amor libre socialista. En 1911, fue nombrada Secretaria del Comité de las Organizaciones Extranjeras establecido para coordinar a los grupos de bolcheviques del oeste europeo. También ayudó a Lenin a establecer una escuela partidaria de formación marxista en Longjumeau (Francia).

En 1912, regresó a Rusia para organizar una campaña que les permitiera, a los bolcheviques obtener diputados en la Duma. Dos meses más tarde fue encarcelada. Después de su liberación fue a vivir con Lenin y su mujer Nadezdha Krupskaia. En esa época inició su trabajo como editora del periódico Rabotnitsa (Mujer Trabajadora), una publicación del Partido Bolchevique destinada a las obreras.

Con la 1a Guerra Mundial la mayoría de los socialdemócratas se transformaron en socialpatriotas, apoyando a sus burguesías nacionales en la conflagración bélica en la que murieron millones de trabajadores. Ante esta crisis de la socialdemocracia, distribuyó propaganda urgiendo a las tropas aliadas a volver sus armas contra su propia burguesía y dar inicio a la revolución socialista. Fue a Suiza, en marzo de 1915, para organizar la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas contra la guerra. 

Tras la Revolución de Octubre, continuó con su actividad política, llegando a ser muy importante en el gobierno de Lenin, siendo miembro ejecutivo del soviet de Moscú. Dio discursos sobre la necesidad de liberar a las mujeres de la esclavitud doméstica, integró la misión para recibir en intercambios a los prisioneros de guerra, apoyó la legislación sobre el aborto, combatió a la prostitución e impuso como pudo la protección para las madres y los infantes. Dirigió además la I Conferencia de Mujeres Comunistas

Mientras se encontraba de vacaciones en el Cáucaso, contrajo el cólera y murió. Fue enterrada en la Necrópolis del Kremlin, en Moscú, en un funeral de Estado.

Ada Nilsson

(Suecia, 1872- 1964)

Médico y una figura prominente en el movimiento feminista sueco. 

Se quedó huérfana a temprana edad por lo que un tutor se hizo cargo de su educación. Después de graduarse en 1890 en la Escuela primaria para niñas en Estocolmo, se formó como médico, convirtiéndose después en ayudante de cátedra en Serafimer, en el departamento de ginecología. Posteriormente trabajó durante varios años en Ersta Hospital, a la que pertenecía un orfanato. 

En 1907, Nilsson crea la Sociedad de Debates de la Mujer y abre su propio estudio en Estocolmo. Con sus conocimientos de ginecología, se dedica a las prostitutas en Södermalm, lo que condujo a un interés en los temas sociales y la necesidad de la "iluminación" sexual.

Cuando el semanario Tidevarvet comenzó a publicarse en 1923 se convirtió en editorialista, escribiendo muchos artículos sobre educación sexual. En la revista abogó por el uso de anticonceptivos, que fueron ilegales hasta 1938. También organizó encuentros literarios en su propia casa.

Sus últimos años vivió como directora de la escuela Mujer Ciudadana "Honorine Hermelin" de Fogelstad.

Honorine Hermelin

(1886- 1977)

Profesora, activista del Movimiento de liberación de las mujeres y directora de la Escuela Mujer Ciudadana de Fogelstad.



ESPAÑA

Las mujeres pudieron formar parte del Parlamento español desde las Cortes de Cádiz de 1812; desde principios del XIX existe en España sufragio femenino denominado pasivo (no podían votar pero podían ser elegidas). Bien es cierto que en casi dos siglos de Historia del sufragio femenino pasivo, sólo 40 mujeres lograron ser parlamentarias. 

La primera vez que las mujeres ejercieron su derecho a voto fue en 1874 en el denominado Cantón de Cartagena. El año anterior la ciudad se había sublevado contra el Gobierno de la República, exigiendo la República Federal e instalando en el Cantón de Cartagena la sede del gobierno provisional de la República Federal Española. El Gobierno central respondió con el cerco de la plaza y posteriormente el cañoneo de la misma durante mes y medio. Tras la voladura del Parque de Artillería y la muerte de más de 400 personas refugiadas en él, los sublevados pretenden volar la veintena de edificios que han sobrevivido, acción que la Juntal Cantonal somete a votación participando en ella todos los defensores de la ciudad, sin distinción de sexo, siendo las mujeres las que con más pasión defendían la destrucción de estos últimos inmuebles aún en pie. (Por 13 votos ganó el no)

Durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) hubo un primer intento de reconocer el derecho de sufragio a las mujeres, pero sólo se llegó a aprobar para las elecciones municipales (que nunca se celebraron) y solamente para las mujeres cabezas de familia (casadas y viudas) que podían ser tanto electoras como elegibles. Al año siguiente, en el Estatuto provincial se reconocía también el derecho electoral a las mujeres en las mismas condiciones pero de nuevo nunca pudieron ejercerlo.

En la llamada Asamblea Nacional Consultiva de la Dictadura de Primo de Rivera, cuyos miembros no fueron elegidos sino que fueron designados por el régimen, se autorizó que pudieran participar «varones y hembras, solteras, viudas o casadas», aunque estas últimas «debidamente autorizadas por sus maridos». Así fue que en 1927 participaron 13 mujeres, entre las que se encontraba Concepción Loring, que fue la primera mujer en la Historia en hablar en una asamblea política española.

Las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931 (después de que el dictador Primo de Rivera presentase el año anterior su dimisión al rey Alfonso XIII) se realizaron por sufragio universal masculino y a las mujeres se les reconoció el derecho al sufragio pasivo, por lo que pudieron presentarse como candidatas. Sólo tres mujeres resultaron elegidas; Margarita Nelken en las listas del Partido Socialista Obrero Español, Clara Campoamor en las del Partido Republicano Radical y Victoria Kent en las del Partido Republicano Radical Socialista, pero tuvieron un destacado protagonismo, especialmente las dos últimas, en el debate sobre la concesión del derecho al voto a las mujeres (sufragio activo). 

Se genera un debate en el que interviene Victoria Kent para pedir que se aplace la concesión del voto a las mujeres, porque en su opinión la mujer española carecía en aquel momento de la suficiente preparación social y política como para votar responsablemente, por lo que, por influencia de la Iglesia, su voto sería conservador, lo que perjudicaría a los partidos de izquierdas. La respuesta de Clara Campoamor es la siguiente:

<<Precisamente porque la República me importa tanto, entiendo que sería un gravísimo error político apartar a la mujer del derecho del voto. (...) Yo soy Diputado por la provincia de Madrid; la he recorrido, no sólo en cumplimiento de mi deber, sino por cariño, y muchas veces, siempre, he visto que a los actos públicos acudía una concurrencia femenina muy superior a la masculina, y he visto en los ojos de esas mujeres la esperanza de redención, he visto el deseo de ayudar a la República, he visto la pasión y la emoción que ponen en sus ideales. La mujer española espera hoy de la República la redención suya y la redención del hijo. No cometáis un error histórico que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar al dejar al margen de la República a la mujer, que representa una fuerza nueva, una fuerza joven... Que está anhelante, aplicándose a sí misma la frase de Humboldt, de que la única manera de madurarse para el ejercicio de la libertad y de hacerla accesible a todos, es caminar dentro de ella.>>

Votaron a favor el PSOE con la destacada excepción de Indalecio Prieto y sus seguidores, pequeños núcleos republicanos -catalanes, federales, progresistas, galleguistas- y la derecha. En contra lo hicieron Acción Republicana, el Partido Republicano Radical y el Partido Republicano Radical Socialista, salvo excepciones. Al final fue reconocido el derecho al voto de las mujeres en la Constitución de 1931, y la primera vez que pudieron ejercer ese derecho fue en las elecciones generales de 1933

En España se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer en 1936.

La guerra Civil Española

La dictadura de Franco anuló las elecciones libres y con ello, obviamente, tanto el sufragio masculino como el femenino. Posteriormente restauró ambos y así en el referéndum de 1966 se indicó que eran electores «todos los ciudadanos españoles mayores de veintiún años, sin distinción de sexo». Posteriormente, en las elecciones para lo que llamaron «representación familiar en las cortes» se señalaba en el artículo cuarto de la convocatoria que «son electores los cabezas de familia y mujeres casadas». Los votos libres tanto femenino como masculino se volvieron a ejercer en 1976 durante la Transición Española.


SUDAMÉRICA

En Argentina las primeras mujeres en ocuparse por la lucha de sus derechos cívicos, y las primeras en organizarse para ello, fueron las militantes del Partido Socialista y las Anarquistas de comienzo del siglo XX. La lucha se centraba en conseguir la igualdad de derechos y de oportunidades, a la par de los hombres. Así, Elvira Dellepiane de Rawson, Cecilia Grierson y Alicia Moreau de Justo, siguiendo el ejemplo de sus pares europeas, comenzaron a fundar, entre el 1900 y 1910, una serie de agrupaciones en defensa de los derechos cívicos de la mujer. 

En 1919 Rogelio Araya, Diputado Nacional de la UCR, presentó el primer proyecto de ley reconociendo el derecho a voto de la mujer. Ese mismo año, la Doctora Lanteri, amparada en un fallo judicial, se presentó como candidata a diputada nacional, por el Partido Centro Independiente.

En 1946, tres días después de las elecciones que consagraron como Presidente a Juan Domingo Perón, su esposa y Primera Dama, Eva Perón, pronunció su primer discurso político, en el cual exigió la igualdad de derechos para hombres y mujeres y en particular el sufragio femenino.

<<La mujer argentina ha superado el período de las tutorías civiles. La mujer debe afirmar su acción, la mujer debe votar. La mujer, resorte moral de su hogar, debe ocupar el sitio en el complejo engranaje social del pueblo. Lo pide una necesidad nueva de organizarse en grupos más extendidos y remozados. Lo exige, en suma, la transformación del concepto de mujer, que ha ido aumentando sacrificadamente el número de sus deberes sin pedir el mínimo de sus derechos.>>

El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el nuevo gobierno constitucional pero la oposición de los prejuicios conservadores resultaba evidente, no solo entre los partidos opositores sino incluso dentro de los partidos que sostenían el peronismo. Eva presionó constantemente a los parlamentarios para que lo aprobaran, causando incluso protestas de estos últimos por su intromisión. Hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados sancionara el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres y el sufragio universal en la Argentina.


En Uruguay, en 1915 se fundó la Asociación Magisterial Pro Sufragio Femenino, cuyas actividades se extendieron al menos hasta 1922. En la misma década, se crearon sucesivamente el Congreso Nacional de Mujeres (CONAMU, rama nacional del Consejo Internacional de Mujeres) y la Alianza Nacional de Mujeres por el Sufragio Femenino, ambas impulsadas por Paulina Luisi.

En 1927, por primera vez se habilitó el voto de la mujer en un plebiscito de alcance departamental, el Plebiscito de Cerro Chato, que, aunque tuvo la importancia de ser la primera instancia electoral en la que las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto en Uruguay, no tuvo efectos estructurales inmediatos en cuanto al sufragio femenino en el país. 


En Ecuador a principios de la década de 1920 se acentuó la lucha de la mujer ecuatoriana por el derecho al voto. Aprovechando que la Constitución de 1897 hablaba en general de los derechos ciudadanos sin especificar ninguna prohibición respecto de la mujer, Matilde Hidalgo de Procel, nacida en Loja en 1889 y primera Doctora en Medicina, se inscribió en los registros electorales: 

«Ante la presencia de Matilde, los miembros de la Junta Electoral se desconciertan e indican que el voto en Ecuador es únicamente para hombres; ella no se arredra; reclama la igualdad y somete su caso a consulta ministerial. El Consejo de Estado responde el 8 de mayo, expresando que no hay prohibición para que las mujeres se inscriban, ya que la ley no especifíca el sexo».

El debate público que tuvo lugar a raíz del caso de Matilde Hidalgo llevó a que la Asamblea de 1928, de mayoría liberal, garantizara el sufragio femenino dejando fuera cualquier duda. El artículo 13 de la Constitución de 1929 estableció que es ciudadano todo ecuatoriano «hombre y mujer, mayor de 21 años y que sepa leer y escribir».

En 1933 salían elegidas concejales la doctora Hidalgo y la obstetra Bertha Valverde, después de una sostenida lucha de la Alianza Femenina Ecuatoriana, dirigida por Nela Martínez y Luz Bueno. En 1941, Matilde Hidalgo fue electa diputada, pero se la relegó a la calidad de suplente. Entonces, miles de mujeres se rebelaron exigiendo justicia: «queremos una voz femenina que sepa defender nuestros derechos, pospuestos injustamente por sociedades constituidas bajo la prepotencia viril».


El sufragio femenino en Chile fue motivo de controversia desde finales del siglo XIX.​ Ante esa situación, los legisladores crean el art.40 de la Ley de elecciones con el fin de prohibir el voto femenino.​ A comienzos del siglo XX, intelectuales y letrados chilenos discuteron acerca de los posibles efectos del sufragio femenino en la sociedad. Por un lado, se consideraba necesaria la preparación educacional y cultural de la mujer antes de tomar su posición como ciudadana. Por otro lado, los diversos partidos políticos, coincidiendo en que la naturaleza no había capacitado a la mujer para ejercer este derecho, delegaron su función a la esfera privada pues se temía que su intromisión en cuestiones políticas pudiera quebrantar el hogar.​ Esto no descarta el apoyo por parte de diferentes políticos, pues el Partido Conservador fue el primero en presentar un proyecto de Ley de sufragio femenino al Congreso por medio del diputado Luis Undurraga en el año 1917, mientras que los grupos anticlericales pertenecientes a partidos a la centro-izquierda veían negativamente esta hipotética ley, dado que se pensaban que las mujeres apoyarían al ala derechista producto de su formación católica.

Estas ideas iniciales fueron modificadas gracias a la participación de agrupaciones creadas por mujeres con la finalidad de generar igualdad de género. Las instituciones femeninas que influyeron mayoritariamente son el Partido Cívico Femenino (1922) dirigida por Ester La Rivera Sanhueza, el Partido Demócrata Femenino (1924), la Unión Femenina de Chile (1928) -que tuvo gran importancia para alcanzar la legislación acerca del voto municipal en 1934-, el Movimiento Pro-Emancipación de Mujeres de Chile (1935) con la dirección inicial de Elena Caffarena y la Federación Chilena de Instituciones Femeninas más conocido como FECHIF (1944) fundada y dirigida por Amanda Labarca después del Primer Congreso Nacional de Mujeres. Estas dos últimas tuvieron principal importancia en desarrollo de propuestas y presión a los diputados y senadores con el propósito de agilizar el proceso de promulgación de la ley de voto femenino. 

Estos movimientos también recibieron apoyo por parte de políticos de distintos partidos. En 1945 un conjunto de senadores de diversos partidos presentaron el proyecto de Ley de voto femenino, entre los que firmaron se destacan las figuras de Arturo Alessandri, Marmaduque Grove, Salvador Allende y Horacio Walker. La agilización del proceso fue influenciado por las manifestaciones hechas por mujeres que querían ejercer su derecho a voto​, pero también como parte de las medidas del gobierno de González Videla para apaciguar a un amplio sector de la población resentida por la ilegalización del partido comunista.

Finalmente, en 1949, se concede la plenitud de derechos políticos de la mujer chilena​ participando por primera vez en la Elección presidencial de 1952,​ pero negando la ciudadanía y la posibilidad de voto a las que fueran consideradas de ideología izquierdista-marxista.


A México llegó muy tarde el sufragio femenino. La Revolución Mexicana como parte del argumento de lucha por la libertad en el Plan de Guadalupe incluía: «asegurar a todos los habitantes del país la efectividad y el pleno goce de sus derechos y la igualdad ante la ley». Sin embargo, en la redacción de la Constitución Mexicana en 1917 no se le otorgó el voto a la mujer ya que «en el estado en que se encuentra nuestra sociedad, las mujeres no sienten la necesidad de participar en los asuntos públicos, como lo demuestra la falta de todo movimiento colectivo en este sentido». El argumento más fuerte era a favor de la protección de la integridad de la familia, expresando lo siguiente: «El hecho de que algunas mujeres excepcionales tengan las condiciones para ejercer satisfactoriamente los derechos políticos no funda la conclusión de que éstos deban concederse a la mujer como clase. La dificultad de hacer la selección autoriza la negativa».

El hecho de el derecho al voto estuviera redactado en masculino fue el argumento que abrazaron los diputados para negarle el voto a la mujer, pero a la vez, fue en lo que algunas sufragistas se apoyaron para exigir su voto y ser votadas, ya que en castellano al escribir el masculino también se habla de la generalidad de la población, tanto masculina como femenina. Hermila Galindo tomó este argumento para postularse y de hecho ganar la candidatura de diputada en 1918, pero aunque obtuvo la mayoría de los votos el colegio electoral no lo vio como válido.

En 1923 el estado de Yucatánque en 1916 organizó el Primer Congreso Feminista de Yucatán ) reconoció el voto tanto municipal como estatal. Pero a pesar de que en 1923 tres mujeres fueron electas para diputadas al congreso estatal: Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y Beatriz Peniche de Ponce y de que además Rosa Torre González fuera electa para regidora en el ayuntamiento de Mérida, cuando el gobernador Felipe Carrillo Puerto fue asesinado, ellas fueron obligadas a dejar su puesto y el voto de las mujeres fue anulado.

Los estados de Chiapas y Tabasco le otorgaron el voto a la mujer en 1925. Las Ligas de Orientación Femenina se fundaron para luchar por la equidad de salario. En 1935 se fundó el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM) que llegó a contar con 50.000 mujeres afiliadas, profesionistas, adelitas, ex-revolucionarias, obreras, etc. principalmente para luchar por el derecho de la mujer al voto.​ En 1937 el presidente Lázaro Cárdenas del Río mandó una iniciativa de reforma del artículo 34 de la Constitución Mexicana a la que se opuso el Partido Nacional Revolucionario (padre político del PRI) argumentando que las mujeres se verían influenciadas en su voto por los curas. Hasta 1953 las mujeres no obtuvieron el derecho al voto y en 1955 fue la primera vez que la mujer mexicana ejerció su derecho de sufragio.


II GUERRA MUNDIAL


SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

El movimiento Sufragista por el derecho de la mujer al voto culmina cien años después de su fundación, en 1948 con la Declaración Universal de los Derechos Humanos que reconoce el sufragio femenino como derecho humano universal.

El sufragio femenino en el Perú se consiguió en 1955, con el presidente Odría, y las mujeres pudieron ejercer su derecho por primera vez en 1956 en las elecciones presidenciales.

En Chile la participación de las mujeres en los procesos electorales se fue ampliando progresivamente hasta llegar a la paridad con los votantes masculinos en 1970.

En 1975, la ONU celebró el Año Internacional de la Mujer.

En Argentina fue institucionalizado el Día Internacional de la Mujer en 1984.

En 1994, Beata Poźniak, una actriz inmigrante de Polonia, reivindicará mediante solicitud al Congreso de Estados Unidos, el reconocimiento del Día Internacional de la Mujer en Estados Unidos el 8 de marzo.

El Día Internacional de la Mujer ha adquirido a lo largo del siglo XX una dimensión mundial para las mujeres del mundo. El movimiento internacional en defensa de los derechos de la mujer es creciente y es reforzado por la Organización de Naciones Unidas que ha celebrado cuatro conferencias mundiales sobre la mujer y ha contribuido a que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.

El 8 de marzo de 2011, con motivo de la celebración del centenario de su primera celebración, se celebró el primer "Día Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas".


Actualmente, el estado de los derechos de las mujeres en Egipto es muy pobre, con la presencia de mutilación genital femenina, delitos de honor y acoso sexual, que siguen siendo problemas graves para las mujeres. En 2013 Egipto fue clasificado como el peor país del mundo árabe en lo que respecta a la condición de la mujer.1​

Las mujeres presentes en la Cámara de Diputados de Egipto (datos de 2015) equivalen al 14.9 % del total,2​ las mujeres en la fuerza de trabajo para 2014 representan el 26 %,3​ el Informe en la Brecha Global de Género para el 2013 se ubicó en 0.5935 (posición 125 de 144 estados).


El mundo está cambiando de un modo que tendrá consecuencias significativas para las mujeres. Por un lado, los avances tecnológicos y la globalización brindan oportunidades sin precedentes a quienes tienen la posibilidad de acceder a ellos. Por otro lado, están en aumento la informalidad laboral, la desigualdad de los ingresos y las crisis humanitarias. En este contexto, apenas el 50 por ciento de las mujeres en edad de trabajar están representadas en la población activa mundial, frente a un 76 por ciento en el caso de los hombres. Es más, una abrumadora mayoría de las mujeres trabaja en la economía informal, subvencionando el trabajo de cuidados y doméstico, y se concentran en empleos peor remunerados y con menos cualificaciones, con poca o ninguna protección social. Lograr la igualdad de género en el trabajo es indispensable para el desarrollo sostenible.

La innovación y la tecnología brindan oportunidades sin precedentes; sin embargo, las tendencias actuales indican que la brecha digital se está ampliando y que las mujeres están insuficientemente representada en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y el diseño. Esto les impide desarrollar e influir en el desarrollo de innovaciones sensibles al género que permitan lograr beneficios transformadores para la sociedad. Desde la banca móvil hasta la inteligencia artificial o la Internet de las cosas, es vital que las ideas y las experiencias de las mujeres influyan por igual en el diseño y la aplicación de las innovaciones que conformarán las sociedades del futuro.

La violencia...


El acceso a la Enseñanza Superior

En España, antes del siglo XX algunas pioneras habían comenzado a ir a la Universidad pues no existía ninguna ley en contra. No estaba prohibido, al principio, porque simplemente nadie había pensado, jamás, en que una mujer quisiera estudiar y, mucho menos, que lo necesitara para ser una buena madre y esposa. 

Aquí tenemos algunos ejemplos, a través de los cuales podemos ver que, por distintos motivos, se trata de mujeres privilegias en una sociedad donde la mayoría de la población no tenía acceso a la educación, sobre todo las mujeres:

En 1785 María Isidra de Guzmán, conocida como la doctora de Alcalá, obtuvo el grado de doctorado en la Universidad de Alcalá de Henares.

María Isidra de Guzmán y de la Cerda

(Madrid, 1767- Córdoba, 1803)

Fue la primera mujer que ostentó en España el título de Doctor y la dignidad de Académico de la Lengua.

Hija de dos grandes de España, Don Diego Ventura de Guzmán y Fernández de Córdoba, marqués de Aguilar de Campoo, conde de Oñate y marqués de Montealegre, y Doña María Isidra de la Cerda, duquesa de Nájera, condesa de Paredes de Nava. Fue educada por un buen preceptor, Antonio Almarza, y alcanzó una instrucción poco común, gracias a su privilegiada situación.

1784 fue nombrada socia "honoraria" de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Historia.

En 1789 contrajo matrimonio con Rafael Antonio Alfonso de Sousa de Portugal, Grande de España, Marqués de Guadalcázar y Conde de los Arenales, y la Universidad Complutense hizo una medalla de plata en su honor.

Todo parece indicar, sin embargo, que, aunque inteligente, no ahondó mucho en sus estudios, que no pasaron de discretos, quizá porque le fue difícil compaginar los libros con una salud que siempre fue endeble, el cuidado de su amplia familia y a su temprano fallecimiento.

Concepción Arenal

(Ferrol, 1820- Vigo, 1893)

Fue una visitadora de prisiones licenciada en Derecho, periodista y escritora española, encuadrada en el Realismo literario, y pionera en el feminismo español.​ 

Su padre, Ángel Arenal Cuesta, fue un militar (sargento mayor) castigado en varias ocasiones por su ideología liberal, en contra del régimen absolutista del rey Fernando VII y como consecuencia de sus estancias en prisión, cayó enfermo y murió cuando Concepción tenía 9 años, momento en el que se trasladó junto con su madre y hermanas a Cantabria, a casa de su abuela paterna, donde recibió una férrea formación religiosa. 5 años después, con ayuda de su pariente Antonio Tenreiro, segundo conde de Vigo, se trasladaron a Madrid donde Concepción estudió en un colegio para señoritas. 

Desde joven había declarado su deseo de ser abogada y a los 21 años, para poder ingresar como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid se disfrazó de hombre; se cortó el pelo, vistió levita, capa y sombrero de copa. Al descubrirse su verdadera identidad tuvo que intervenir el rector. Tras un examen satisfactorio fue autorizada a asistir a las clases, cosa que hará desde 1842 a 1845.

Vestida también de hombre, Concepción, de ideas liberales y progresistas participó en tertulias políticas y literarias, y colaboró en el periódico La Iberia.

En 1848 se casó con el abogado y escritor Fernando García Carrasco, que murió nueve años después, en 1857, de tuberculosis, tras lo que se trasladó a Cantabria, donde perteneció a la Sociedad de San Vicente de Paul, colaborando activamente desde 1859, año en el que fundó el grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl en Potes. A partir de entonces inicia una intensa actividad llevada por su preocupación social y humanitaria. Fruto de su experiencia dentro de la Sociedad de San Vicente de Paul es su obra "La beneficencia, la filantropía y la caridad" (1861), que dedicó a la condesa de Espoz y Mina. Defendió a través de sus publicaciones la labor llevada a cabo por las comunidades religiosas en España. Llegó a simpatizar con algunas personalidades como Federico de Castro y a colaborar en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE). 

Poco tiempo después publicó "Manual del visitador del pobre", obra que fue traducida al polaco, al inglés, al italiano, al francés y al alemán. La obra llamaría la atención de Antonio de Mena y Zorrilla, director general de Establecimientos penales, y Rodríguez Vaamonte, ministro de Gracia y Justicia en el gabinete del presidente Joaquín Francisco Pacheco, consiguiendo que este último nombrase a Arenal inspectora de las cárceles de mujeres en 1864, cargo del que la cesaron a la caída de su ministerio.​ De este modo, se convirtió en la primera mujer que recibió el título de visitadora de cárceles de mujeres. 

Posteriormente publicó libros de poesía y ensayo, como "Cartas a los delincuentes" (1865), "Oda a la esclavitud" (1866) -que fue premiada por la Sociedad Abolicionista de Madrid-, "El reo, el pueblo y el verdugo" o "La ejecución de la pena de muerte" (1867). En 1868, fue nombrada inspectora de Casas de Corrección de Mujeres.

Fue una de las pioneras del feminismo en España. Su primera obra sobre los derechos de la mujer es "La mujer del porvenir" (1869) en la que critica las teorías que defendían la inferioridad de las mujeres basada en razones biológicas. Su posición es la defender el acceso de las mujeres a todos los niveles educativos, aunque no en todos los oficios ya que considera que no están capacitadas para ejercer la autoridad. Tampoco es partidaria inicialmente de su participación política ante el riesgo de sufrir algún tipo de represalia y dejar abandonados hogar y familia.

En 1871, comenzó a colaborar con la revista La Voz de la Caridad, de Madrid, en la que escribió durante catorce años sobre las miserias del mundo que la rodeaba.

En 1872 fundó la Constructora Benéfica, una sociedad dedicada a la construcción de casas baratas para obreros. Posteriormente también colaboró organizando en España la Cruz Roja del Socorro, para los heridos de las guerras carlistas, al frente de un hospital de campaña para los heridos de guerra en Miranda de Ebro. 

En 1877, publicó "Estudios penitenciarios"

En el ensayo sobre "El trabajo de las mujeres" (1891) denuncia la escasa preparación industrial de la mujer, resultado de la cual (y de una feroz concurrencia) es el poco salario con que se recompensa un gran esfuerzo y un gran empleo de tiempo; propone que se apliquen a las obreras los mismos medios de instrucción y rehabilitación que a los obreros, comenzando por suprimir los agraviantes gremios de oficios. 

En su trabajo "Estado actual de la mujer en España" publicado por primera vez en España en 1895,​ analiza la situación de las españolas en el terreno laboral, religioso, educativo, de opinión pública y moral. Advierte leves avances, aunque muy lentos, y se resiste a hablar de emancipación social o política mientras la dependencia económica sea un hecho extendido y sujete a la mujer a todo tipo de esclavitudes.

A lo largo de su vida y obra denunció la situación de las cárceles de hombres y mujeres, la miseria en las casas de salud o la mendicidad y la condición de la mujer en el siglo XIX, en la línea de las sufragistas femeninas decimonónicas y las precursoras del feminismo.

Mª Elena Maseras Ribera, se licenció en Medicina en 1878 pero no obtuvo el doctorado.

Mª Elena Maseras Ribera

(Tarragona, 1853- Menorca, 1900)

Fue la primera en matricularse en la carrera de Medicina, en la Universidad de Barcelona. Hija de familia de médicos, quiso seguir la tradición familiar. Para ello tuvo que pedir autorización al rey Amadeo I de Saboya, que en 1871, promulgó una Real orden que permitía el acceso de las mujeres a los estudios de medicina. Fue la primera mujer que pisó las aulas de su Facultad. 

Después de obtener la licenciatura, se trasladó a Madrid para realizar el doctorado, donde tuvo problemas por ello e incluso le retiraron la licenciatura. Aunque la recuperó, finalmente renunció a examinarse de la única asignatura que tenía pendiente para finalizar los estudios de doctorado debido a la presión a que se vio sometida por parte del profesor que impartía dicha asignatura. No ejerció nunca la medicina. 

Ante las dificultades encontradas, aprovechó los años en los que se le impidió obtener la licenciatura para cursar Magisterio, profesión a la que se dedicó posteriormente y que ejerció en Vilanova i la Geltrú y en Mahon, donde murió.

Tuvo que pasar un siglo hasta que otra mujer, Martina Castells Ballespí, recibiera en Madrid el grado de Doctora en Medicina, fue en 1882.

Martina Castells Ballespí

(Lérida, 1852- Reus, 1884)

Nieta e hija de médicos, fue apadrinada por José de Letamendi para conseguir los permisos necesarios para licenciarse.

Es conocida por ser una de las tres primeras mujeres de España, junto con María Elena Maseras y Dolors Aleu, en matricularse (1877) y licenciarse en Medicina (1882, por la Universidad de Barcelona). Una vez licenciada, fue la primera mujer en alcanzar el doctorado, el 4 de octubre de 1882, cuatro días antes que Dolors Aleu.

Su tesis reivindicaba la educación de las mujeres como un tema de actualidad y de vital importancia (Educación física, intelectual y moral que debe darse a la mujer para que contribuya en grado máximo a la perfección y la dicha de la Humanidad).

Se especializó en Pediatría y se trasladó a Reus, donde trabajó en el Hospital Militar y el Instituto Pere Mata. 

Casada con Antonio Constanti, médico militar, murió a los 31 años víctima de una nefritis ocurrida durante su primer embarazo.

Dolors Aleu Riera

(Barcelona,  1857- 1913)

Hija única, fue educada en casa con profesores particulares y estudio secundaria en un instituto público de Barcelona. Ingresó en la Facultad de Medicina en septiembre de 1874 y terminó sus estudios en 1879, pero no obtuvo permiso para realizar el examen de licenciatura hasta tres años después. 

La lectura de su tesis doctoral tuvo lugar cuatro días después de la de Martina Castells. Titulada, De la necesidad de encaminar por nueva senda la educación higiénico-moral de la mujer, en la que trataba de rebatir el argumento de la falta de capacidad de las mujeres para los estudios profesionales, que según Aleu se debían a diferencias en la educación o la falta de ella.

Al contrario que sus compañeras, ejerció la medicina durante 25 años y se especializó en ginecología y medicina infantil. Fue profesora de higiene doméstica en la Acadèmia per a la Illustració de la Dona (Academia para la Ilustración de la mujer),  una institución educativa femenina de alto nivel, fundada por la concertista de arpa Esmeralda Cervantes (Barcelona, 1861- Santa Cruz de Tenerife, 1926) y ubicada en el número 10 de la Rambla de Canaletas, que tuvo que cerrarse por falta de apoyo institucional.

Publicó varios textos de carácter divulgativo orientados a mejorar la calidad de vida de las mujeres, entre los que destaca "Consejos a una madre sobre el régimen, limpieza, vestidos, sueño, ejercicio y entretenimiento de los niños".

Trinidad Arroyo Villaverde se convirtió en 1895 en la primera mujer oftalmóloga.

Trinidad Arroyo Villaverde

(Palencia, 1872- 1959)

Al finalizar el bachillerato en 1888 decidió estudiar medicina, y tras numeras negativas por parte de los estamentos universitarios, consiguió matricularse oficialmente el 31 de diciembre de 1888, en la Universidad de Valladolid. Trinidad terminó su licenciatura en 1895 y un año más tarde obtuvo su doctorado en Madrid.

En 1898 se inscribió en el Colegio de Médicos de Palencia e instaló su consulta en la casa familiar.

En 1902 se casó con un antiguo profesor suyo, Manuel Márquez Rodríguez. Ambos se instalaron en Madrid y se dedicaron a la Oftalmología. Trinidad compartió su profesión con numerosas actividades de ayuda a las clases sociales más desfavorecidas. Durante la guerra civil desarrollaron, tanto ella como su marido, una gran actividad política, lo que les obligó, al finalizar la guerra, a exilarse primero en París y después en México, país en el que permanecieron el resto de su vida.

En 1955 Trinidad regresó a España para formalizar su testamento ante notario, donando toda su fortuna al Instituto de Enseñanza Secundaria de Palencia para que se creasen becas para el alumnado pobre que estudiase en el centro.

La polémica levantada por los bien pensantes de la época sobre la presencia de mujeres en las universidades, propició la aparición en 1882 de una Real Orden que negaba el acceso a las mujeres a los estudios universitarios. Solamente aquellas alumnas que a esa fecha estuvieran dentro de la universidad, tendrían derecho a examinarse y terminar sus estudios. 

En 1888 otra real orden acuerda que las mujeres sean admitidas como alumnas de enseñanza privada pero con autorización. Tenían que pedir permiso al Ministerio de Instrucción Pública y conseguir que cada uno de los profesores firmara el impreso de matrícula comprometiéndose a garantizar el orden en el aula.

Posteriormente, la controversia que se generó hizo que fuese necesario que se aprobase una real orden que autorizó "por igual la matrícula de alumnos y alumnas". A partir del 8 de marzo de 1910, la mujer pudo acceder a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones que el hombre, gracias a que Emilia Pardo Bazán fue nombrada consejera de Instrucción Pública. Esta fecha es bastante temprana en comparación a otras naciones europeas; por ejemplo, la mujer no pudo acceder a la Universidad de Cambridge en Inglaterra hasta 1947.


Próximamente:

Las Mujeres en la Ciencia

Descubrimientos e inventos realizados por Mujeres

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